La etimología del nombre Mefitis es controvertida, pero según el lingüista italiano Alberto Manco, el sistema de epítetos que identificaba a la diosa de un lugar a otro demostraría su relación dimensional basada en el agua.
Se la atribuye el poder de actuar como intermediaria y presidir el pasaje entre esos mundos.
En los días en que Venus era considerada no sólo como la diosa de la belleza, sino también de la salud - como en los siglos IV a. C. y III a. C.- probablemente se observó una relación entre Venus y Mefitis.
Su culto estaba extendido por la Italia osco-sabélica en particular en las áreas habitadas o frecuentadas por la población samnita.
Pero también se encuentra fuera del área osco-sabélica: en Cremona, en Lodi Vecchio, cerca de Lodi, en Roma - donde se atestigua un templo (aedes Mefitis) y un bosque sagrado (lucus Mefitis) dedicada a ella en la colina Esquilina[2] desde el siglo III a. C.[3]- y en Tívoli.