Mercado Corona

Más precisamente en la manzana delimitada por las calles Hidalgo, Santa Mónica, Zaragoza e Independencia, a una cuadra del Palacio Municipal.

Nuevas epidemias azotaron la ciudad a finales del siglo XVIII y saturaron el hospital.

El cementerio que estaba ubicado al lado del hospital no ayudaba detener los contagios.

[4]​[5]​ A principios del siglo XIX la ciudad necesitaba un mejor abastecimiento de varios productos, en especial los agrícolas.

El ayuntamiento vio la posibilidad de instalar un mercado en las ruinas del antiguo hospital.

Las malas condiciones higiénicas en las que se encontraban llamaron la atención del gobernador Ramón Corona.

El mercado era del estilo neoclásico y contaba con una cúpula bien iluminada con ventanales italianos que dejaban pasar la luz solar que se reflejaba de una manera policromática sobre la fuente central rodeada por puestos de flores.

El siniestro requirió la necesidad de reconstruir el mercado, sin embargo sufrió dos incendios más en 1919 y 1929 por lo que fue modificado constantemente.