El auto cuenta con el Active Body Control, que fue diseñado para controlar la estabilidad del vehículo a través de una combinación de resortes activos y sistema hidráulico en cada rueda, además de sensores que monitorean los movimientos del vehículo.
La computadora del vehículo evalúa la información de los sensores y ajusta la suspensión en consecuencia.
En su época, el C112 también contaba con las actualizaciones más recientes en frenos antibloqueo (ABS) y sistema de control antideslizante (ASR), que dividen la presión de frenado entre las ruedas delanteras y las traseras.
A pesar de que Mercedes-Benz tenía la intención de fabricar este modelo, finalmente la marca decidió no producir el vehículo incluso tras recibir 700 pedidos.
[3] Esta decisión probablemente se debiese a la dificultad y los costes de trasladar en aquella época toda la avanzada tecnología del C112 a un automóvil de producción.