Manuel dos Reis Machado, conocido mundialmente como Mestre Bimba, fue hijo de Luiz Cândido Machado (un batuqueiro famoso del barrio -batuque, «la lucha brava, con caídas, en la cual un sujeto lanzaba a otro al suelo») y María Martinha do Bonfim, Manuel nació en el «bairro do Engenho Velho,», Salvador de Bahía, su mote «Bimba» proviene de una apuesta entre su madre y la comadrona durante su nacimiento; su madre apostaba a que sería una niña y la comadrona afirmaba que sería un niño.
De esta forma, al perder la apuesta su madre, adquirió el sobrenombre que le acompañaría toda la vida.
Comenzó a practicar Capoeira Angola cuando tenía 12 años (la misma que enseñó durante 10 años), con un africano llamado Bentinho -capitán de la Compañía Bahiana de Navegación- en la antigua carretera «das Boiadas» (Bairro da Liberdade como se conoce hoy en día), Salvador.
A los 18 años, Bimba sintió que la Capoeira había perdido toda su eficiencia como arte marcial y como instrumento de resistencia, se había convertido en una actividad folclórica reducida a nueve movimientos.
Bimba evitó en todo momento la pérdida de las tradiciones; el presidente Getúlio Vargas afirmó años después que «la Capoeira es la única lucha verdaderamente nacional».
La capoeira estuvo prohibida en Brasil hasta que en 1930 el mestre Bimba se presentó frente al Presidente Getúlio Vargas.
Fue tal el asombro y la demostración del valor cultural que tenía su arte, que se abolió la penalización y el presidente declaró a la Capoeira como deporte nacional brasileño.
Tuvo cuatro contiendas, luchó contra Vítor Benedito Lopes, Henrique Bahía, José Custódio dos Santos (Zé I) y Américo Ciência.
Si estuviese vivo hoy en día el Mestre Bimba, tendría 117 años y a pesar de haber hecho tanto por la Capoeira, su hijo, el Mestre Formiga, afirma que su padre murió de «tristeza por no ver respetada la Capoeira».
Para Bimba, la Capoeira era una lucha pero el «combate» debía evitarse a toda costa, ya que él creía que era una lucha «cooperativa», donde los jugadores más fuertes eran siempre responsables de los jugadores más débiles y le ayudaban a dar lo mejor de sí mismos con sus propias técnicas de lucha.