Posteriormente en los años 30, el psicólogo experimental estadounidense Edwin Garrigues Boring (1886-1968), recuperó el dibujo en uno de sus artículos del American Journal of Psychology.
En primer lugar, el ojo humano se fija en un punto concreto y construye la imagen alrededor de ese detalle.
A través de las líneas, el cerebro establece un patrón que posteriormente permite ver una forma.
Sin embargo, después de visualizar la imagen varias veces, la mente puede establecer una conexión entre ambas figuras y percibirlas a la vez.
La imagen por sí misma, no tiene solución correcta, ya que ambas percepciones son acertadas.