Posteriormente cogería un barco en Montecarlo, Principado de Mónaco desde donde zarparían a Inglaterra.
Una vez allí, se alojaría en el Charing Cross Hotel de Londres durante un tiempo mientras esperaba partir hacia EE. UU.
Michel Marcel declaró: "mi padre entró en el camarote y nos despertó.
[3] Una vez puestos los niños a salvo en el bote D, el último en partir normalmente, Michel Navratil falleció en el hundimiento.
En 1982, quien fuera su nieta: Élisabeth Navratil, escribió: Les Enfants du Titanic en el que publicó la historia del desafortunado viaje.