[1] Históricamente, uno de los métodos que evolucionó para este propósito fue la perfusión push-pull que involucró la inserción estereotáxica de una cánula de contrafuerte en un área seleccionada del cerebro.
Siendo un sistema de flujo abierto, la perfusión push-pull permitió un contacto directo del fluido de perfusión con el tejido cerebral, que a menudo causaba daño tisular, contaminación microbiana y sanguínea, etc. Para evitar tales inconvenientes, se adjuntó una membrana semipermeable a la punta de la cánula y el dispositivo se llamó bolsa de diálisis o dialitrodo.
Las sustancias endógenas se difunden desde el fluido extracelular al medio de perfusión.
La sonda se perfunde constantemente con una solución fisiológica a un caudal bajo y luego se recogen las muestras perfundidas para un análisis posterior.
En particular, la microdiálisis ha permitido aclarar elementos neuronales (neurotransmisores, receptores) y redes cerebrales afectadas por dos de las clases de fármacos más importantes en psiquiatría: los antidepresivos y los antipsicóticos.