[1] Cultivador de diversos estilos, su obra muestra una tendencia progresiva hacia el culturalismo y el hermetismo.
Con su segundo libro, Sagrada materia (1966), consiguió el premio Adonais.
En su tercer libro, Juicio Final (1969), la dicción se hace más barroca, pero los siguientes, Monodia (1974) y Atentado celeste (1975), son más bien ejemplos de concisión y precisión herméticas.
A partir de Eros y Anteros (1976) se consolida el barroquismo.
Otros libros del autor, en esta misma línea, son Entretierras (1977), Tablas lunares (1980), Secreto secretísimo (1990), Bóvedas (1992) y Solitudine (1994).