Miguel N. Lira

Perteneció a la Generación del 29 junto con Alejandro Gómez Arias, la cual perseguía la autonomía universitaria.

Fue el menor de cinco hermanos: Dolores, Guillermo, José, Alfonso y Miguel.

Por línea paterna, Lira fue perteneciente a la casa de los Maxiscatzin, grupo tlaxcalteca originario.

En 1919 Miguel se traslada a la Ciudad de México y estudia en la Escuela Nacional Preparatoria.

En este ambiente, Lira conoce y se permea del trabajo e ideologías de ilustres personajes como Ramón López Velarde, Mariano Azuela, Diego Rivera, Francisco León y Enrique Fernández Ledezma.

Es a partir de este momento que Lira se dedica profesionalmente a la poesía al mismo tiempo que colabora en revistas literarias y en el Universal Ilustrado, con el seudónimo de "Máximo Bretal".

[2]​ Lira pertenece a la Generación del 29, uno de cuyos méritos principales consiste en lograr la autonomía universitaria.

Miguel conforma un carácter ególatra, recio, duro e inflexible permeando un espíritu romántico y de fina sensibilidad.

Esta egolatría, sin embargo, es la de un hombre que sabiendo su propio valer, al mismo tiempo reconoce sus limitaciones.

Tal vez debido a este carácter tuvo pocas amistades íntimas y también el que lo mantuvo al margen de los grupos literarios, con cuyos miembros, sin embargo, cultivó una amistad basada en un respeto mutuo.

En 1933 publica Segunda soledad y México-Pregón, el cual fue dado a conocer por la declamadora argentina Berta Singerman tanto en España como en todo el continente americano.

Impulsado por Berta Singerman, Lira comienza a escribir teatro en 1937 y de esta motivación surge Ya viene Máximo Tépal o Linda, estrenada en el Teatro Fábregas por la Compañía Mexicana de comedias “María Teresa Montoya”.

En ambos libros Lira hace gala de su fina sensibilidad para cautivar a la niñez mexicana.

Hasta 1958 vería la luz Mientras la muerte llega, otra novela de la Revolución, que también tiene como escenario la tierra tlaxcalteca.

Así, Lira, continúa en Tapachula con renovado vigor su labor en favor de las letras y la cultura mexicanas.

[14]​ Cuando Lira regresa a Tlaxcala sus males físicos, una crónica afección bronquial, se agravian.

Lo más doloroso de esta situación es que todos sus proyectos culturales y literarios prácticamente entran en proceso.