Ahí conocería al filósofo húngaro György Lukács, con quien entablaría una profunda amistad y colaboración científica.
Su actividad en los años 1930 se centraría fundamentalmente en la investigación para su obra La filosofía del arte de Karl Marx.
Además jugó un rol central en el cuerpo editorial de la revista Crítica Literaria, donde conformaría lo que el denominaría “la corriente” junto a Lukács, Yelena Usiévich, Ígor Satz.
Al iniciar la Segunda Guerra Mundial, se enlista como voluntario en la marina soviética.
[3] [4] Al llegar el año 1950 por invitación de su amigo, el poeta Aleksandr Tvardovski, colabora en la revista Novy Mir.