Milagro del alce

[2]​ Los seguidores de Macario querían sacrificar y comer el animal, sin embargo, como era la época del ayuno de los Santos Apóstoles, el venerable Macario les prohibió hacerlo.

Les dijo que únicamente tenían que esperar tres días, hasta la fiesta de los santos Pedro y Pablo, y el alce sería suyo.

«No se sientan agraviados», dijo Macario, «sino que rueguen al Señor.

Tengan una fe fuerte en Aquel que alimentó a cinco mil personas, sin contar mujeres y niños, con cinco panes y dos peces!» Durante los siguientes tres días de ayuno los viajeros caminaron sin cansancio.

Cuando Macario regresó con sus hermanos, vieron al alce sin oreja derecha acercándose a ellos.

Y esta vez, el animal no era salvaje: se comportaba como si fuera manso.

Pero se dice que Dios los protegió del hambre y de las bestias salvajes durante su viaje, entregando alces, ciervos y otros animales de caza en sus manos.

Representación del Milaro del alce, en las dos secciones inferiores de la izquierda del icono.
Icono de san Macario (siglo XVII ).
Oración en el Skete de Olenevsky, (fotografía de finales del siglo XIX ).