En el tejido se utiliza el tallo y las ramas de la planta, ya sea en todo su grosor para el marco o en lonjas cortadas longitudinalmente para el tejido propiamente tal.
Desde la Edad Media y hasta el siglo XVIII se mantuvo la destreza en la cestería utilizando mimbre.
Al comenzar el siglo XX el cultivo se desarrolló nuevamente con fuerza en toda Europa.
El mimbre es ligero pero robusto, haciéndolo una ideal y poco costosa opción para muebles que serán movidos a menudo.
En tiempos más recientes su estética fue influida fuertemente por el Movimiento de Artes y Oficio a fines del siglo XX.