Enloquecidas por el furor divino decidieron comerse al hijo de Leucipe, el malhadado Hípaso.
Pero esto no resultó nada beneficioso para ellos, pues Zoilo contrajo una enfermedad ulcerosa y después de larga infección, murió.
[1] Alcítoe, la hija de Minias, decide no dar acogida al culto del dios, sino que, persistiendo en su imprudencia, asegura que Baco no es vástago de Zeus, y sus hermanas comparten su impiedad.
Había ordenado el sacerdote celebrar un día festivo y que las esclavas y sus dueñas se ataviaran para las celebraciones en honor de Dioniso; había profetizado que la ira del dios ofendido sería cruel.
Entonces las hermanas, escondiéndose de la luz, se ven metamorfoseadas por obra divina, y reciben su nombre del crepúsculo vespertino (lat.
La razón fue que estaban enamoradas de sus maridos y por eso no se convirtieron en ménades del dios.
Pero ni siquiera estos portentos las convencieron para entrar al servicio de aquel dios.
Y de allí salieron corriendo para unirse a las antiguas ménades, pero estas las persiguieron por su crimen sacrilego.