En el siglo XVII, los europeos conocieron por primera vez el ametrino, cuando un español conquistador presentó muestras a su monarca.
El conquistador había recibido la mina ametrina como dote cuando se casó con una princesa nativa llamada Anahí, de la tribu ayorea.
En 1989, cambios en la constitución boliviana y el código interno legalizó la minería en reservas fiscales.
Al pasar el tiempo, Don Felipe, decide volver a su tierra acompañado de su amada esposa.
Esta decisión no fue aprobada por la tribu, quienes quisieron asesinar al conquistador Don Felipe.