Minas del Frío

El escritor argentino Leopoldo Marechal relata así su llegada a Minas de Frío en la década del 60:

En el municipio de Bartolomé Masó se instaló el primer ingenio azucarero cubano, hecho que a su vez impulsó la organización y luchas sindicales en la zona.

Contaba con la famosa Escuela de Capacitación Pedagógica para la formación del personal docente de todo el país (Los Makarenkos), primeros profesionales que tuvieron como tarea erradicar el analfabetismo en Cuba.

Existe en el área, además, un círculo social donde se ofertan actividades culturales a la comunidad.

Cuenta también con un hospital policlínico, un consultorio médico y una clínica estomatológica.