[1] Chile, al igual que Argentina y Bolivia, se encuentra ubicado dentro del denominado Triángulo del Litio, un área de Sudamérica que alberga las mayores reservas conocidas de este metal blando en el planeta.
En un contexto global, con el desarrollo de la bomba atómica por parte de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y ya insertos en plena Guerra Fría, el litio cobró interés internacional debido a que se pensaba que podía ser utilizado en la fabricación de arsenal nuclear (siendo empleado para producir tritio), tal como el uranio y otros metales raros.
[8] Siguiendo esta línea, el nuevo Código de Minería de Chile publicado en 1983 y gestionado bajo la administración ministerial de Samuel Lira Ovalle, declaró al litio como «no concesible», una figura similar a reservarlo exclusivamente al Estado.
[11] El acuerdo tendrá validez hasta 2060, y se prevé que entre 2025 y 2030 permita la extracción de 300.000 toneladas de litio, elevando en un tercio la producción a la que se llega en 2023.
[15] Ese mismo año, los principales destinos de dichas exportaciones fueron hacia China (43,5%), Corea del Sur (28%), Japón (11,7%), Bélgica (7,31%), Estados Unidos (4,79%) y Alemania (2,08%).