Más allá del género, lo que se problematiza es la ausencia de mujeres como sujetos con agentividad.
Esta perspectiva descarta a las mujeres en el cine como representaciones adecuadas de los seres humanos.
Este género cinematográfico ha evolucionado en las chick flicks de hoy en día, tales como 27 Dresses y The Devil Wears Prada.
Observa que si la cineasta es mujer y el tema también es femenino, el objeto de la película adquiere un papel diferente.
[2] Paula Marantz Cohen discute la mirada femenina en el género de los chick flicks, con especial énfasis en la vestimenta que usan las mujeres.
Cohen también analiza la relación entre las protagonistas femeninas de estas películas y sus coprotagonistas masculinos.
En su artículo Devolver la mirada: el personaje de Vera en La piel que habito de Pedro Almodóvar,[15] Michela Russo retoma los conceptos propuestos por Jill Soloway para analizar la relación entre los protagonistas: Robert, un cirujano plástico, y Vera, una joven a la que este mantiene cautiva y somete continuamente a procedimientos quirúrgicos.
Para explicarse, se vale, en primera, del concepto de "sentir mirando":(...) “sentir mirando” [feeling seeing] construido por la cámara subjetiva que nos sitúa desde el punto de vista del personaje femenino y nos hace percibir lo que ella percibe.
A este respecto, el personaje femenino no solo toma consciencia, sino que también ejecuta la acción y se convierte finalmente en sujeto dueño de su propio destino en la película, por ejemplo, se rebela o rechaza sus anteriores condiciones de dominación.
En el artículo se centra específicamente en la pantalla chica, que ha recibido mucha atención por representar la mirada femenina.
Sostiene que Insecure, por otro lado, proporciona un modelo para la televisión feminista del futuro.
Al emplear comedia antirracista, Insecure desafía el enfoque en el feminismo blanco y la negligencia hacia las mujeres negras.
Aprovechando su experiencia en el género documental, se centra en la mirada femenina desde el punto de producción.
En ésta, las directoras feministas lesbianas logran subvertir la mirada masculina en favor de la femenina, al crear una visión en la que los actores no sean objetos del deseo masculino, sino del deseo femenino.
[2] En Chick Flicks and the straight female gaze (Chick Flicks y la mirada masculina heterosexual), Natalie Perfetti-Oates explica cómo la mirada femenina heterosexual puede volverse problemática con el aumento de la cosificación sexual masculina.
Oates explica cómo cada vez más películas de acción y las chick flicks crean la mirada femenina heterosexual mostrando los cuerpos masculinos.
En su artículo, Oates utiliza ejemplos de películas como Forgetting Sarah Marshall, Luna Nueva y Magic Mike.
[17] En su ensayo Romance and the female gaze obscuring gendered violence in the Twilight Saga (Romance y la mirada femenina ocultando la violencia de género en la Saga de Crepúsculo), Jessica Taylor critica la mirada femenina emergente y los modos en que interactúa con el romance para retratar los cuerpos masculinos violentos como deseables.