En el minuto 83 el jugador francés Alain Giresse se lanzó al ataque sobre el área kuwaití y anotó un gol, en momentos cuando un espectador supuestamente había hecho sonar un silbato.
Cuando Stupar validó el gol francés e intentaba seguir el juego, estalló la inmediata protesta tumultuosa de los futbolistas kuwaitíes, que se dirigieron al límite del campo.
Stupar accedió a conversar con el jeque Fahad unos minutos, bajo la sorprendida mirada de la policía y los futbolistas.
Los franceses anotaron otro gol, esta vez por obra de Maxime Bossis al minuto 89, y terminaron ganando 4-1.
La FIFA emitió una resolución al día siguiente, declarando válido el resultado final del partido de fútbol, y reconociendo el triunfo francés por 4-1.