Misael Bordier

Al probar varios venenos de serpientes, arañas y escorpiones para una variedad de dolencias, durante la década de 1980 cuando trabajaba en la Universidad de Guantánamo, Bordier notó mejoría de ratas y perros afectados por tumores y tratados con soluciones del veneno del alacrán Rhopalurus junceus.

[2]​ Desde el año 1989 a la fecha trabajó como Biólogo Investigador en la Facultad de Ciencias Médicas de Guantánamo, donde continuó desarrollando su investigación sobre el efecto antitumoral de la toxina del alacrán Rhopalurus junceus y emprende a su vez investigaciones en el uso.

En 1993, suministró por primera vez una solución del veneno a una paciente humana con cáncer, la cual sobrevivió y estaba viva todavía en 2013.

Su sepelio en Guantánamo fue una manifestación de duelo popular.

Miles de personas se reunieron para despedirlo.