Se encuentra en la carretera CV-216 en dirección a Navajas y a los pies del monte brota, rodeado de pinares, el Manantial de la Esperanza, de apreciadas aguas que riegan las huertas circundantes.
Hay quien remonta la devoción a la Virgen de la Esperanza hasta el s. VII, pero lo que está probado documentalmente es que ya existía esta ermita poco después de la Reconquista; a finales del siglo XIV se construyó una pequeña ermita dedicada a la Esperanza y a santa Bárbara.
Fue dañado en las Guerras Carlistas y ahora se encuentra en ruinas, pero aún impresionan sus vestigios: dos paredones con ventanales, lo único que queda.
En los últimos años se han hecho excavaciones.
A su lado se levanta una nueva capilla de la Esperanza.