Monasterio de Santa María de la Sierra

En el año 1219 hay constancia que ya había pasado a pertenecer a la Orden del Cister, y son de tipología cisterciense los restos de la construcción que todavía queda en pie, probablemente de la segunda década del siglo XIII y posterior, subsumiendo la estructura románica que habría anteriormente.

En 1470, el rey Enrique IV de Castilla se reúne allí con su hija doña Juana, para preparar sus posibles nupcias con Carlos, duque de Guyena, hermano del rey Luis XI de Francia.

Fue perdiendo monjes hasta que en el siglo XVIII dejaron de darse misas.

Se estableció una granja para explotación silvícola y contaba con un molino y un horno de cocer ladrillos, disponiendo de documentos por los que éste se subastaría como parte de los bienes desamortizados en el siglo XIX.

El monasterio, que perteneció primero a la Orden de San Benito y más tarde a la del Císter,[2]​ fue declarado monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional el 3 de junio de 1931, durante la Segunda República, mediante un decreto publicado el día 4 de ese mismo mes en la Gaceta de Madrid, con la rúbrica del presidente del Gobierno provisional de la República, Niceto Alcalá-Zamora, y el ministro de Educación Pública y Bellas Artes, Marcelino Domingo y Sanjuán.

Ruinas del monasterio a mediados del siglo XIX
Ruinas del monasterio cisterciense.