Las montañas sagradas son fundamentales para ciertas religiones y suelen ser objeto de muchas leyendas.
Para budistas e hindúes, la peregrinación se considera un momento importante en la vida espiritual de una persona.
[13] Las montañas sagradas a menudo se ven como un sitio de revelación e inspiración.
[16] Durante la segunda quincena de agosto tienen lugar notables peregrinaciones anuales a esta montaña.
Para la gente de la tribu, el monte Taranaki tiene un profundo significado espiritual y es visto como una fuerza vital, como el lugar donde se da la vida y al que se devuelve a las personas después de su muerte.
[19] Los navajos poseen un fuerte sistema de creencias con respecto al mundo natural-sobrenatural y creen que los objetos pueden tener cualidades sobrenaturales.
Al situar sus aldeas en las montañas, sintieron que esos lugares actuaban como portales para los dioses.
Se tomaría un tremendo esfuerzo ya que las víctimas del sacrificio serían exhibidas vivas por las ciudades, con múltiples festivales y fiestas.
El budismo chino reconoce cuatro montañas sagradas, cada una de las cuales está asociada con un bodhisattva específico.
El monte Wutai está asociado con el bodhisattva Manjusri, que se cree que aparece con frecuencia en la montaña, tomando la forma de peregrinos ordinarios, monjes o, con mayor frecuencia, inusuales nubes de cinco colores.
Durante las dinastías Ming y Qing, había más de 360 templos ubicados en la montaña.
El culto religioso del monte Tai tiene una tradición que se remonta a 3000 años, desde la dinastía Shang (c. 1600-1046 a. C.).
Además, muchas otras montañas que no forman parte de ningún grupo en particular también han sido reconocidas como sagradas en el taoísmo, como las montañas Kunlun, que se cree que son la morada de Xiwangmu (en chino, 西王母; pinyin, Xīwángmǔ), una diosa quien está asociado con la muerte, la guerra, la pestilencia, el chamanismo, así como con la vida y la inmortalidad.
La montaña estaba dedicada a Cibeles, la versión frigia (actual Turquía) de la Madre Tierra.
El monte Ida en Turquía también está representado en muchas de las historias del autor griego Homero, como la Ilíada y la Odisea.
Fue fundado por un santo, Kukai, también conocido como Kōbō Daishi y que es considerado un famoso místico errante; sus enseñanzas son famosas en todo el país y se le atribuye ser una figura importante en la configuración de la cultura japonesa temprana.
Se cree que un dios del bosque le mostró el lugar sagrado para construir el monasterio; ese sitio es ahora la ubicación de un gran cementerio que está flanqueado por 120 templos budistas esotéricos.
Aproximadamente un millón de peregrinos visitan el monte Kōya al año; han sido peregrinos tanto miembros de la realeza como plebeyos que solamente desean presentar sus respetos a Kobo Dashi.
Las consideradas «tres montañas sagradas de Japón» (三霊山, Sanreizan) son el monte Fuji, el monte Haku —'la montaña Blanca', conocida por la aldea Patrimonio Mundial, Shirakawa-gō—, y el monte Tate —'montaña erguida', conocida por sus aguas termales, las aguas azul cobalto de Mikurigaike y su humeante valle del Infierno de Jigokudani.
El monte Fuji tiene varios templos sintoístas que flanquean su base, todos ellos homenaje a la montaña.
Una creencia común es que el monte Fuji es la encarnación del propio espíritu de la tierra.
La secta Fuji-kō sostiene que la misma montaña es un ser sagrado y el hogar de la diosa Sengen-sama.
Si bien no se llevan a cabo las inauguraciones de los nuevos ponhyang san sin, los miembros y líderes de clanes importantes caídos se colocan estratégicamente en las montañas para que esos espíritus fuertes, parecidos a heroínas, puedan proteger ferozmente sus tumbas.
Las tablas sellarían la alianza, que será una piedra angular central de la fe judía.
A su vez bon po enseña que el monte Kailash es en donde habita una diosa del viento.
En la religión hindú, se cree que Meru es la morada del dios Shiva y Parvati.
En la mitología clásica india, se cree que el sol, la luna y las estrellas giran alrededor del monte Meru.
Una señal indicadora es que para ese momento, desde la montaña del tesoro (Bửu Sơn) se emitirá una fragancia maravillosa (Kỳ Hương).
Esa antigua práctica todavía se conserva hoy, especialmente en Tomorr, Pashtrik, Lybeten, Gjallicë, Rumia, Koritnik, Shkëlzen, montw Krujë, Shelbuem, Këndrevicë, Maja e Hekurave, Shëndelli y muchos otros.
[33][34] Se recogen a continuación algunas de las montañas sagradas más conocidas, agrupadas por países: