Su nombre hace alusión a un dios de las épocas celtorromanas al que se le rendía homenaje en este monte y que es el protagonista de numerosas leyendas del lugar.
Se le representa con dos caras asimétricas unidas, una en la parte anterior y otra en la posterior.
Dicho tránsito hacia un nuevo año estaba otorgado y presidido siempre por el dios Jano.
El monte Jano hace referencia a este dios incluso en el nombre de la población ubicada en sus faldas, que se conoció por Sojano («bajo el monte de Jano») durante muchos años.
Con el paso del tiempo y debido a los cambios lingüísticos, surgió la grafía «Sohano», que finalmente adoptó la forma actual por la que hoy le conocemos, Soano.