El Monumento a Eva Perón, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, se encuentra emplazado en la plaza ubicada en Avenida del Libertador entre Agüero y Austria, en el predio de la Biblioteca Nacional, que pasó a llamarse Evita Perón en lugar del nombre anterior de Rubén Darío.
«La obra debe servir para que los peronistas se entusiasmen y desahoguen sus emociones eternamente, aun cuando ninguno de nosotros esté vivo», le dijo a la diputada Celina Rodríguez de Martínez Paiva, que presentaría el proyecto en el congreso.
[3] A Evita le entusiasmó tanto el proyecto que dispuso reemplazar la figura del trabajador por la de ella misma.
[4] Como el espacio en esa plaza era insuficiente, Cámpora propuso “demoler los edificios de la Intendencia Municipal y del diario La Prensa, no es muy difícil hacerlo" en tanto Subiza, consideraba mejor correr la Pirámide de Mayo, alegando que “la cambiaron tantas veces de lugar que no sería novedoso que se volviese a hacer”.
Como la señora habla y razona perfectamente, en cualquier momento se le pregunta”.
[4] Después de realizadas cuatro primeras reuniones fallece Evita, pasaron a tener más importancia los deseos de Perón y se produce un giro en las discusiones pues la pleitesía a la fallecida fue rápidamente reemplazada por la subordinación presidencial y alguien recordó que un año antes se había aprobado otra ley que ordenaba erigirle un monumento a Perón.
Cuando en septiembre de 1955 los cimientos estaban terminados y la estatua a punto de ser embutida en el encofrado la sublevación militar que derrocó a Perón frustró la obra, y lo ya realizado fue demolido.
Allí estuvo hasta 1955 la Residencia Presidencial que habitó Eva Duarte junto con su esposo, cuando Perón era presidente de la República.