Fue esculpido por la escultora almeriense Mariángeles Guil e inaugurado en 1999.
[2] Como consecuencia de la represión franquista, muchos republicanos se vieron forzados a exiliarse y cruzar la frontera para Francia.
Cuando Francia fue ocupada por los nazis en 1940, muchos fueron tomados como prisioneros por las SS y enviados a los campos de exterminio nazis.
Los prisioneros partieron en un tren de ganado, casi sin oxígeno, que rodó durante días, sin que nadie supiera si los estaban trasladando a España o a otro país.
“Chupamos hasta las piedras los últimos días para resistir y que llegara la liberación”, decía.