Se trata del primer encargo importante realizado por Bourdelle, concertado en 1894.
Su visión romántica del monumento generó algunas oposiciones violentas.
[1] En 1893, entró Bourdelle como asistente en el taller de Rodin y participó en el concurso por el monumento a la Guerra Franco-Prusiana de 1870 en Montauban, su ciudad natal.
Los miembros del Comité apoyaron el proyecto que tuvo una acogida desfavorable.
Por último, obtuvo el encargo en 1897 gracias a la intervención de Rodin.