Su evolución es crónica, su causa desconocida y afecta con mayor frecuencia a las mujeres.
Plantea únicamente problemas estéticos y no se asocia a ninguna enfermedad interna, al contrario de lo que ocurre en la esclerosis sistémica (o esclerodermia sistémica), en la que la afectación de otros órganos es frecuente.
[2] Es un tipo de trastorno autoinmunitario, una afección que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error y destruye tejido corporal sano.
La morfea casi siempre evoluciona hacia la inactividad de forma natural.
[6] La Atrofia Hemifacial Progresiva , también conocida como Síndrome Parry Romberg es una enfermedad degenerativa extremadamente rara y pobremente comprendida, caracterizada por una lenta y progresiva atrofia facial unilateral que afecta al tejido celular subcutáneo, cartílago, tejido graso y estructuras óseas subyacentes, que frecuentemente se solapa con una condición conocida como esclerodermia lineal «en corte de sable».
Se considera es una variante atrófica primaria no esclerosada o indurada de esclerodermia localizada asintomática.
Los estudios de incidencia y prevalencia son inadecuados y las cifras reales son probablemente mucho más altas, ya que es posible que muchos casos no acudan a atención médica.
Los niños son el 90% más propensos de padecer esclerodermia localizada que la enfermedad sistémica.
Se cree que la predisposición genética puede conducir a una liberación de citoquinas mediada inmunológicamente, causando inflamación, disfunción del metabolismo del tejido conectivo y posterior fibrosis.
Hasta la fecha, no existen marcadores serológicos específicos disponibles para la morfea.