Moroha

[3]​ Debido a la poca sangre demoníaca (solo un cuarto yokai), Moroha no muestra ningún rasgo demoníaco visible (ojos, cabello o colmillos normales) aparte de caninos, garras y su poder demoníaco ligeramente agrandados que, aunque es lo suficientemente fuerte como para matar demonios, es probable que aún sea menor al de su padre.

Aunque tiene una personalidad alegre como su madre, Moroha tiene un temperamento peligroso, heredado de su padre.

Allí crece hasta los 8 años, cuando Koga manda a Yawaragi, una mujer de su tribu, que la entrene.

Tras tres años juntas, Yawaragi vende a Moroha para poder conseguir la llave de la armadura que lleva puesta, la cual está maldita y amenaza con acabar con su vida.

Aunque es muy alegre y de buenos sentimientos, tiende a volverse salvaje al pintar su rostro con una pintura roja que siempre lleva consigo.