Según The Wall Street Journal y El Universal, es la masacre carcelaria más mortífera en la historia de México.
[1][2] Se cree que el motín carcelario comenzó cuando miembros del Cartel del Golfo y Los Zetas se enfrentaron en la prisión, utilizando cuchillos afilados, piedras, dispositivos incendiarios y posiblemente armas de fuego para matar a miembros del cartel rival.
Algunos de los muertos fueron estrangulados, arrojados por las ventanas, apuñalados, decapitados, ahorcados, apaleados y aplastados.
[6] Desde que el presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva militar contra los cárteles en 2006, las prisiones mexicanas se han convertido en campos de batalla para cárteles rivales, lo que a menudo ha llevado a peleas violentas y muertes frecuentes.
Eric Olson, del Instituto México del Wilson Center, comentó: «La estrategia ha sido arrestar a mucha gente, pero cuando se almacena a los prisioneros en cárceles superpobladas y mal administradas, es probable que se produzca este tipo de estallido de guerra dentro de las prisiones».
Otras fuentes mencionan que uno de los 30 fugitivos en realidad fue asesinado en la masacre.
El 16 de marzo de 2012, se confirmó que a Óscar Manuel Bernal, alias «La Araña», se le permitía realizar «fiestas con grupos musicales y mujeres».
En el fragor del momento, quemaron objetos y arrojaron piedras a las autoridades.