Muhammad Ali vs. Antonio Inoki

En el primero encuentro entre los contendientes, Ali se rio de Inoki y le apodó «pelícano» por su mandíbula prominente.

Inoki, impertérrito, le replicó a través de un traductor: «Cuando su puño contacte con mi mandíbula, procure no hacerse daño en la mano».

Esto no era una bravata, ya que Inoki, a pesar de haber tomado parte hasta entonces sólo en luchas coreografiadas, poseía amplios conocimientos de kárate, sumo y catch wrestling, y además contaba entre sus entrenadores con el legendario luchador olímpico Karl Gotch.

[3]​ Ali, en cambio, no estaba impresionado con estas disciplinas: «Digamos que ese tipo viene a por mí.

[3]​ Por su parte, la prensa internacional estaba expectante, incluso si los articulistas no habían decidido aún cómo interpretar la noticia.

Si Inoki insiste en que sea real, el evento nunca se celebrará».

[6]​ El propio Budokan quedó lleno total, con los asientos más caros llegando a venderse por 300 000 yenes.

El día de la lucha, Ali causó deliberadamente una escena a su llegada al aeropuerto, vociferando: «¡No habrá otro Pearl Harbor!

Sin embargo, siguiendo esta versión, Ali quedó indignado al enterarse de que debía perder y se negó a seguir los planes, dando como resultado una lucha real.

Según otro versión, mantenida en Japón, Ali y su equipo firmaron el contrato creyendo erróneamente que se trataría de una coreografía.

Cuando el boxeador visitó a Inoki en su dōjō privado y presenció cómo el japonés ensayaba violentas patadas y llaves con sus compañeros, le preguntó: «OK, entonces ¿cuándo realizamos los ensayos?» A esto Inoki habría respondido: «No, no.

¡Es un combate real!»[3]​ Sea como fuere, los días anteriores al encuentro fueron testigos de intensas negociaciones.

Los únicos movimientos legales para Inoki serían golpes de mano abierta que no apuntaran a la garganta, zancadillas con los pies y patadas que se lanzaran con una rodilla en contacto con la lona o estando sentado en ella.

[1]​ En contraste, Ali podría golpearle y patearle de cualquier manera que se terciara.

Por ello, Inoki se habría autoimpuesto todas estas reglas a fin de sortear esta prohibición.

[9]​ Como se menciona, el encuentro fue arbitrado por Gene «Judo» LeBell, un yudoca y luchador que ya había participado personalmente en un combate de boxeador contra artista marcial en 1963, sometiendo a Milo Savage por estrangulación.

[5]​ Inoki hizo su entrada en el Nippon Budokan primero, vestido con la bata púrpura con la que solía acudir al cuadrilátero.

En este se hallaban su mánager Herbert Muhammad, sus entrenadores Angelo Dundee y Wali Muhammad, su esquinero Drew Bundini Brown y su médico personal Ferdie Pachecho, además de una serie de asistentes especiales: el luchador profesional Freddie Blassie, el maestro de taekwondo Jhoon Goo Rhee y el promotor Butch Lewis.

Llevaba guantes de boxeo especiales, más pequeños que los usados típicamente en el deporte, y rellenos de vendas y gasa apretada, lo que le permitiría dar golpes más duros.

[1]​ Tan pronto como sonó la campana de inicio, Inoki atravesó a la carrera los cinco metros que le separaban de Ali y se deslizó hacia sus piernas en una patada que el boxeador esquivó.

En un momento, Ali dio una vuelta alrededor del cuadrilátero para alejarse de Inoki y le gritó «¡Inoki cobarde!

Esta vez, no obstante, Inoki acertó una patada tan sólida que hizo caer a Ali.

Tras recuperarse y bailar a su alrededor para esquivar más patadas, el boxeador probó a agarrar la bota del luchador y arrastrarle por la lona, pero la campana sonó antes de que algo pudiera hacerse.

El luchador amagó un intento de derribo para empujar a Ali contra las cuerdas incluso aunque no pudiera ejecutarlo legalmente.

Tras el descanso, Inoki amenazó con otra patada al muslo, pero Ali acertó dos jabs y le obligó a buscar refugio en la lona.

Éste juzgó que Inoki era el ganador, pero, como había cometido varias infracciones, dio 71-71 y declaró un empate.

[1]​ Sólo después de aquella noche pudo Inoki explicar a los periodistas lo que las reglas le habían obligado a hacer para sobrevivir al combate, y para entonces su reputación había quedado mellada.

Aunque el luchador pronto recuperó la fama, la apreciación por lo que había supuesto la lucha no llegaría hasta décadas después.

Rhee pensó lo mismo sobre su propia participación, y Pacheco llegó a negar durante años haber tomado parte en el combate.

Muhammad Ali en 1967.
Antonio Inoki en 2012.
El Nippon Budokan, donde se llevó a cabo el evento.