Un segundo muro fue construido en el siglo III o el IV, siendo la muralla visible en el actual recinto, aunque con numerosas reformas y restauraciones realizadas desde época medieval.
El segundo recinto se corresponde con una muralla de piedra, construida una vez que el asentamiento dejó su actividad militar, originando un núcleo civil.
Entre las causas de su construcción estaría la inestabilidad que se produjo en las décadas finales del Imperio.
Su conservación es muy leve, debido a las restauraciones y remodelaciones: parte del tramo sudoccidental se elevó para construir el Paseo de la Muralla, por lo que el muro romano está oculto.
La muralla tardía, como la alto-imperial, se construyó con una materia muy abundante en los alrededores de la ciudad, las rocas cuarcíticas.