[3] Esta edificación, de sillares de arenisca, llegó a tener noventa torres, sin embargo en nuestros días sólo se mantiene el Torreón del Amparo.
[4] La muralla sufrió reparaciones constantes y nuevas construcciones, con algunas de las partes visibles a dia de hoy siendo de época cristiana y otras islámicas,[4] esto se debe a que poco después de la conquista de la ciudad y debido a la importancia de la defensa, se destinó una cantidad anual para la reparación y mantenimiento de los muros, como ocurrió en el 1134 cuando Ramiro II le otorga mil sueldos para el mantenimiento, siendo esta noticia la primera pero también es posible que esta medida viniera del gobierno de su hermano Pedro I.
Con el paso de los monarcas, estos fueron confirmando esta ayuda a la población sucesivamente, como hizo Ramón Berenguer IV, Alfonso II, Jaime I y sus sucesores, además de que penaban fuertemente la sustracción de piedras del muro y de tierra de los fosos.
A finales del siglo XIV se conoce la existencia de un obrero de los muros quien era nombrado por el rey para la administración de la concesión para el mantenimiento de las murallas, aunque las competencias del mismo causaron conflictos entre el municipio y el rey.
Transcurría por el Trasmuro, ambos Cosos y la calle Costa, teniendo forma ovalada, una superficie de unas veintidós hectáreas que podía albergar entre seis mil y siete mil habitantes, contando con mil ochocientos metros de perímetro con siete puertas, siendo las más importantes las ubicadas en los puntos cardinales:[5] Fue nombrada Bien de Interés Cultural de Aragón en el año 2006 y en el 2007 empezó un proceso de recuperación para conservarla cuya última fase no terminó hasta el 2012.