Aunque era ciudad recién amurallada de clara vocación guerrera y suministradora de combatientes, se entrega por capitulación, evitando daños materiales en el recinto amurallado.
Este nuevo trazado define las murallas que nos han llegado hoy en día.
Esto ha implicado que la muralla de Jerez se conserve pero no sea visible.
[11] Este hecho se manifiesta especialmente en la calle Larga y calle Porvera, en cuales muchos establecimientos comerciales y bajos de viviendas cuentan con restos de la muralla.
A pesar de existir un Plan Director para la muralla, este no se ha llevado a cabo[16] En l aparte positiva, las Bodegas Fundador han acometido una importante restauración en la Torre Riquelme,[17] permitiendo descubrir su origen.