El antiguo núcleo de Sant Mori tiene sus orígenes en la época medieval, y antiguamente, el Castillo y la iglesia de San Mauricio, junto con las diferentes casas que la rodeaban y que crearon el llamado barrio del Castillo, estaban circundados por una muralla.
El edificio está configurado por varios cuerpos adosados, distribuidos en planta baja y dos pisos y con cubiertas de doble vertiente de teja.
Destacan dos grandes arcos de medio punto situados en la planta baja, que dan lugar a una gran terraza en el primer piso, y el portal de acceso principal a la vivienda, enmarcado con sillares de piedra y dintel plano grabado con la inscripción "IHS JUAN regla a 16 IANER 1636".
La construcción presenta otras ventanas enmarcadas con sillares de piedra caliza desbastados.
En este caso, el paramento está construido con piedra escuadrada dispuesta regularmente, y adaptada al desnivel del terreno.