[3][5] Para diseñar el edificio, el connotado arquitecto japonés Toyo Ito (Premio Pritzker de Arquitectura 2013)[6] retomó tres elementos característicos del arte barroco: el movimiento, la luz natural como claroscuro y la relación hombre-naturaleza.
La museografía de la nueva institución fue concebida por el destacado experto mexicano Miguel Ángel Fernández.
Integra elementos de construcción que generan significativos ahorros con gran calidad, sustentables e innovadores".
La dirección corrió a cargo de Francisco González y la empresa constructora figura como productora.
[9] La característica más llamativa del Museo es su edificio, constituido por formas curvilíneas en donde se juega con la luz y la sombra generando movimiento en el Edificio, basando su construcción en 3 ideologías que son el Espacio [impresión de fluidez], la Luz claro-oscuro [como guía en el camino], sin dejar atrás el Movimiento Ecológico.
[11] Posee exposiciones permanentes de diversas expresiones del arte barroco repartidas en varias salas,[12][13] algunas con interactividades que utilizan pantallas táctiles.
El museo cuenta con distintas pantallas interactivas en las cuales se pueden ver escritores, arquitectos, pintores, escultores, entre otros personajes ilustres del periodo[cita requerida].
A partir de ella se registró que el organismo que llevó a cabo el proyecto del museo originalmente, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, no tenía la documentación del préstamo de piezas del Museo Bello y González al Barroco, y nunca se estipuló fecha de devolución.
El Museo Barroco figuró asimismo como el organismo que habría perdido el mayor número de piezas del patrimonio museístico poblano.