Museo de arte mural de Rosario

Es así que en 1994 se comienzan a elaborar los primeros murales con la colaboración de artistas plásticos rosarinos, en muros cedidos por los vecinos.

Los mismos se encuentran en cualquier pared que su propietario lo permita: una casa particular (donde hasta sus puertas y ventanas pueden quedar integradas al mural), un comercio, una oficina pública, o el muro de un terreno.

[8]​ En 2001, la comisión de vecinos pro Arte Mural de la ciudad, recibió el premio Morosoli institucional otorgado por la Fundación Lolita Rubial[9]​ “por su apuesta a revalorizar y rescatar valores históricos comarcales a través del Arte Mural”.

[10]​ Dichas placas llaman la atención del visitante no solo por su forma, sino también por su divertido contenido y por lo insólito de sus mensajes.

El mismo surge como homenaje a destacados personajes del carnaval rosarino, tales como la Murga Los Pichoneros y la Troupe estudiantil Los Cosacos de 1939.

Toma del Colla ¡aquí la Patria templó sus armas!
Durante más de 50 años, el viejo café permaneció abierto las 24 horas del día. Escenario de mil anécdotas de la bohemia nocturna rosarina y de los camioneros del litoral uruguayo que se dirigían a Mercedes, Fray Bentos, Paysandú y Salto. Autora: Ernestína Ríos (hija de Miguel Ríos, propietario del Café).
En homenaje a los docentes rosarinos
Murales de Rosario
En Rosario, centro comercial e industrial de la región, prosperaron las fábricas de carruajes. Esta obra alude a la de JUAN AHUNCHAÍN, taller de herrería y carpintería rural, de trascendencia nacional entre 1878 y 1938.