Naturaleza de la provincia de León

[2]​ Tras la última glaciación, se implantó un clima más árido propiciando el desarrollo de vegetación xerófila y así, el hayedo, que posiblemente cubrió buena parte de la cuenca del Duero durante la glaciación, retrocedió a las montañas cantábricas.

[6]​ En cuanto a la zona montañosa, el conjunto está representado por especies propias del dominio mediterráneo continental, aunque existen espacios de transición hacia modelos pseudoatlánticos.

[8]​ Otras especies, también muy comunes, son tejo, abedul, acebo, mostajo, serbal, avellano, negrillo u olmo, chopo, fresno, sauce, aliso y tilo.

[11]​ En cuanto a las plantas con flor, el mayor número de ellas son herbáceas, entre las que se encuentran rarezas como la Petrocoptis glaucifolia —conocida únicamente en la provincia— y otras cuyo nombre científico hace referencia a pueblos o comarcas como Saxifraga babiana, Ranunculus cabrerensis o Campanula arbatica.

[13]​ Así, en cuanto a los íctidos, las aguas leonesas sustentan especies autóctonas como trucha común, tenca, barbo y lamprehuela o alóctonas como el lucio.

[13]​ Sin embargo, las especies más emblemáticas en este ecosistema dentro de la provincia son el oso pardo y el urogallo.

Respecto al oso pardo, en su núcleo occidental, en el que habitan unos 140 individuos, se extiende, dentro de la provincia, por Los Ancares, Laciana, Babia y Omaña, y en su núcleo oriental, en el que habitan unos 30 ejemplares, ocupa la Montaña de Riaño.

Allí donde se degradan los suelos, pasando del estrato arbóreo a los matorrales, aparecen manchas de podzoles y leptosoles úmbricos.

En estos terrenos se hallan los perfiles más ácidos de la cuenca, debido al clima húmedo, la topografía llana o el humus moda.

Son suelos destinados al cultivo, neutros o alcalinos, sin horizontes de humus.

Por último, las terrazas y vegas fluviales, donde la evolución de los suelos aumenta desde las zonas más bajas a las superiores.

Al norte, coincidiendo con la unidad morfológica de la Cordillera Cantábrica, aflora el zócalo paleozoico, constituido por materiales sedimentarios levantados en los movimientos terciarios y deformados en pliegues.

Castaño en las inmediaciones de Las Médulas
En aquellas zonas donde no están presentes los árboles, crecen, entre otros arbustos, las escobas
El níscalo es común encontrarlo en los pinares de la provincia
El oso pardo es una de las especies más emblemáticas de León.
El urogallo está en retroceso, habiendo perdido el 70% de sus individuos en la provincia.
Los vertisoles se pueden encontrar en el sureste de la provincia.
Ilustración del desnivel (2200 metros) presente entre el punto más alto de la provincia, Torrecerredo , y el pueblo de Caín .
Vista del Sil desde el puente de las Palomas, en la reserva de la biosfera de Babia .