A pesar de su carácter marginal, el nazismo esotérico sigue siendo una fuerza influyente en ciertos círculos extremistas, ofreciendo una justificación mística para la supremacía racial e ideológica.
Las ideas antisemitas y nacionalistas de la sociedad influyeron en muchos que se convertirían en líderes nazis, combinando ocultismo, mitología e ideología política para formar los cimientos del nazismo esotérico.
La fascinación de Himmler con el Santo Grial y los Mitos del Rey Arturo buscaba inspirar a las SS con un propósito espiritual superior.
Al intentar elevar el desarrollo espiritual de las razas terrestres, los divyas hiperbóreos (un término sánscrito para hombres-dioses) sufrieron un trágico revés.
En las décadas de 1980 y 1990, David Myatt desarrolló una interpretación —o versión revisionista[19]— del nazismo que, aunque basada en los tres principios de Savitri Devi sobre los individuos «por encima», «en contra» y «en el tiempo», [20] no involucraba ni la mitología antigua ni seres extraterrestres.
Sin embargo, en el pensamiento nazi esotérico, este inconsciente está específicamente vinculado a la raza aria, la cual se cree que posee una memoria racial compartida o un legado espiritual común.
Hiperbórea, una tierra mítica a menudo asociada con la región ártica, es venerada en la ideología nazi esotérica como la patria ancestral de la raza aria.
Esta narrativa mitológica respalda la visión del nazismo esotérico de los arios como una raza superior con un destino divino, vinculado a sus antiguos orígenes míticos.
El libro "Arktos: The Polar Myth in Science, Symbolism, and Nazi Survival", del académico en Hypnerotomachia Poliphili Joscelyn Godwin, analiza teorías pseudocientíficas sobre elementos nazis supervivientes en la Antártida.
El nazismo esotérico incorpora elementos del dualismo gnóstico, particularmente la creencia en una lucha cósmica entre fuerzas de la luz y la oscuridad.
Estas creencias combinan simbolismo oculto con narrativas pseudohistóricas y mitológicas para crear una base mística de la supremacía aria.
El nazismo esotérico se basa en un conjunto de creencias fundamentales que combinan ideologías místicas, raciales y ocultistas.
En el núcleo del nazismo esotérico se encuentra la creencia en la pureza racial y la superioridad de la raza aria.
Mantener esta pureza racial se considera esencial para que la raza aria cumpla su misión divina en la tierra.
Los arios son colocados en la cima de esta jerarquía, considerándose más cercanos a las fuerzas divinas o cósmicas que gobiernan el universo.
Muchos grupos neopaganos condenan explícitamente el racismo y, como resultado, se esfuerzan por crear comunidades inclusivas que celebren la diversidad.
Esta diferencia fundamental en la orientación política separa aún más al nazismo esotérico del neopaganismo convencional.
Por otro lado, los neopaganos emplean estos símbolos en un contexto cultural o espiritual, desprovisto de las connotaciones racistas impuestas por el nazismo esotérico.
Ciertos elementos marginales dentro de la comunidad neopagana han adoptado ideologías del nazismo esotérico, combinándolas con sus prácticas espirituales.
Estos grupos enfatizan la pureza racial y se basan en las mismas mitologías distorsionadas que el nazismo esotérico.
Ejemplos de ello son algunas facciones dentro del odinismo y el Ásatrú que promueven creencias supremacistas blancas.
Las organizaciones neopaganas convencionales denuncian activamente el racismo y la supremacía blanca, esforzándose por distanciarse de las ideologías del nazismo esotérico.
Por ejemplo, grupos como la Asatru Folk Assembly han emitido declaraciones públicas rechazando la exclusividad racial y promoviendo la inclusión dentro de sus comunidades.
Nicholas Goodrick-Clarke, uno de los académicos más destacados en este campo, ha estudiado extensamente las raíces del nazismo esotérico.
Su obra fundamental, "The Occult Roots of Nazism" (1985), rastrea los orígenes del ocultismo nazi hasta la ariosofía de principios del siglo XX y otras tradiciones místicas germánicas que influyeron en figuras como Guido von List y Lanz von Liebenfels.
En su obra posterior, "Black Sun: Aryan Cults, Esoteric Nazism and the Politics of Identity" (2002), Nicholas Goodrick-Clarke explora la supervivencia de las creencias del nazismo esotérico en la posguerra y su influencia en diversos grupos neonazis y de extrema derecha.
En Black Sun, examina de manera crítica el llamado mito de los "ovnis nazis" y las diversas teorías pseudocientíficas que han surgido en torno a él, argumentando que estas ideas son en gran medida invenciones modernas con poca base en hechos históricos.
En su libro "Gods of the Blood: The Pagan Revival and White Separatism" (2003), Gardell examina cómo las creencias del nazismo esotérico han sido integradas en las prácticas paganas modernas, sirviendo a menudo como una justificación espiritual para la exclusividad racial y la supremacía blanca.
Destaca las formas en que estas creencias se transmiten tanto por medios tradicionales como digitales, contribuyendo a la persistencia del nazismo esotérico en la cultura contemporánea.
Los temas esotéricos, incluyendo referencias a artefactos como la Lanza Sagrada, también son mencionados con frecuencia en la música neonazi (por ejemplo, Rock Against Communism) y, sobre todo, en el black metal nacionalsocialista.