El neotrobadorismo es una de las corrientes por las que se desarrolló la poesía gallega en la primera mitad del siglo XX.
La poesía neotrovadoresca se caracteriza por una extraordinaria perfección formal, clasicista, que recupera procedimientos estilísticos propios de la lírica de los Cancioneiros (paralelismo, refrán, leixaprén...), sujeta la estrofa, al cómputo silábico y a la rima.
Este movimiento se convertirá en una moda, con gran número de cultivadores.
El más representativo, junto con Bouza-Brey, será Álvaro Cunqueiro, por su habilidad imitativa y su personalidad creadora.
Esta corriente poética no solo se da en los años de preguerra, sino que continúa en la posguerra, imponiéndose como una actitud evasiva que adoptan los poetas ante la dura realidad, representando la fórmula menos comprometida de la reanudación del cultivo del gallego en la dictadura.