No se asocia a otras enfermedades pulmonares conocidas ni al consumo de tabaco.
Se inicia por un periodo prodrómico de varios días con síntomas inespecíficos, posteriormente aparece tos, fiebre y disnea.
Finalmente se produce insuficiencia respiratoria, los niveles de oxígeno en sangre disminuyen (hipoxemia), el paciente corre peligro de muerte y puede necesitar ventilación mecánica para mantener las funciones vitales.
En la radiografía de tórax aparecen opacidades difusas e irregulares en los dos pulmones que se conocen como en vidrio esmerilado.
[2] Los tratamientos más utilizados con corticoides a dosis elevadas y fármacos inmunosupresores como la ciclofosfamida.