Nevera del Mas de Penyagolosa

Es así, como los lugares altos, en los que abunda la nieve se convirtieron en las zonas más adecuadas para construir grandes depósitos destinados a mantener la nieve cuanto más tiempo posible mejor y poder disponer de ella cuando fuera más necesaria, además de poder comerciar con ella, puesto que el precio de la nieve era elevado en aquellos lugares en los que no se podía obtener de modo natural.

[3]​[1]​ La nieve se recogía (de forma manual) en estos depósitos durante las nevadas del invierno, almacenándola cuidadosamente separada en capas, utilizando como material de aislamiento entre las mismas paja, de manera que fuera más fácil y adecuada su extracción en verano, estación del año en la que se transportaba (a través del conocido como Camí dels Nevaters por el Mas de la Costa, Lucena y Figueroles hasta Castellón, Nules o Villarreal), nocturnamente (para evitar los calores del día, que hacían que se fundiera), en mulos hasta los puntos de distribución, que normalmente eran zonas de mercado en las que se utilizaba como conservante del pescado, para fines farmacéuticos, en refrescos, etc.[4]​[3]​[2]​ Cuando a finales del XIX y principios del XX, llega a nuestro país, tanto el hielo artificial, como la tecnología necesaria para su fabricación, el uso de estas neveras desaparece.

En los lados norte y sur está rodeada de un talud artificial con una cuantiosa vegetación.

[1]​ En los cuatro muros interiores pueden observarse los huecos en los que se encajaban las vigas, que permitían formar una cubierta cuando el depósito no estaba totalmente cubierto, como mecanismo de mantenimiento de la temperatura lo más fría posible y evitar el deshielo del material almacenado.

[1]​[4]​ La fábrica es de mampostería de piedra caliza y arenisca con mortero, aunque las puertas laterales, así como las aberturas superiores, están hechas con sillares.