El niño en cruz es una práctica mágica popular o superstición practicada en Colombia, tanto en la costa del Caribe como pacífica.
Consiste en la introducción de una seguranza encantada bajo la piel del brazo, lo cual de acuerdo a la creencia popular confiere a la persona una fuerza descomunal, protección contra las balas y la posibilidad de volverse invisible a sus enemigos.
Cuando la madre cuervo regresa a su nido nota que sus huevos están sin vida y les tira las plaquitas, con las que hacen los niños en cruz.
[2] Un método alternativo es realizarlo con una higa sacada del espinazo de un olivo un viernes santo.
[3] En el folclore popular se cree que el niño en cruz puede brindar muchos beneficios como la habilidad para trabajar más fuerte, para enamorar a alguien, para obtener dinero, pelear mejor o proteger contra las balas.