Nicolás era un violinista de finales del siglo XVIII, que constantemente se sentía abrumado por la opinión de la iglesia acerca de la música, (que ésta liberaba pasiones y por tanto era instrumento del diablo); quería ser famoso y tocar su violín en grandes conciertos, pero había empezado a tocarlo tardíamente.
Resentido, Nicolás le dijo a Lestat muchas cosas que lo hirieron.
Cuando Lestat fue en busca de Marius, éste recibía cartas de Eleni acerca de lo que sucedía con Nicolás y con el teatro: en principio todo iba muy bien, Nicolás escribía unas fantásticas obras que presentaban y lograban deleitar al público con sus actuaciones; pero súbitamente Nicolás, enloquecido, empezó a gritar por las calles cosas prohibidas por los vampiros, y debía ser forzado a escribir obras por sus compañeros.
Armand, cansado de sus acciones, le cortó las manos y lo encerró.
Posteriormente Lestat utiliza dicho instrumento para entonar una canción hacia Akasha, imitando los movimientos de Nicolás.