El nielado es una técnica ornamental que se obtiene mediante la incrustación en plata y otros metales, de un esmalte (generalmente de color negro hecho de plata y plomo fundidos con azufre) en ranuras o incisiones practicadas en el material.
A esta mezcla se le añadía en muchos casos galena (sulfuro de plomo).
Plinio el Viejo[1] comenta su existencia en el Antiguo Egipto y algunos ejemplares han llegado hasta nosotros.
Durante la segunda Edad del Hierro se empleó abundantemente.
Los romanos mantuvieron la técnica del nielado adaptándola a sus gustos decorativos, como la arqueta esponsalicia, procedente de Esquilino (Museo Británico), decorada con motivos cristianos (siglo IV).