En el audio profesional los niveles de línea se miden en dBu y el nivel nominal más extendido para estos equipos es de +4 dBu, que corresponde a una onda senoidal de 1.228 VRMS.
Los sonidos acústicos (tales como voces o instrumentos musicales) se registran mediante los transductores (micrófonos y pastillas) que producen señales eléctricas muy débiles.
Estas señales deben ser amplificadas a un nivel de línea razonable, para que puedan ser aplicadas a otros dispositivos tales como mesas de mezcla o grabadores de cinta.
Esta primera amplificación es realizada por un dispositivo conocido como preamplificador.
Finalmente, tras las manipulaciones oportunas, estas señales se envían típicamente a un dispositivo conocido como amplificador de potencia, donde se amplifican a otros nuevos niveles adecuados para hacer funcionar unos auriculares o altavoces, los cuales ya convierten estas señales eléctricas nuevamente en sonidos audibles a través del aire.