En Suiza existían, además, familias de dinastías vinculadas al Sacro Imperio Romano Germánico.
Como regla general, se puede decir que la nobleza suiza desde el siglo XIV está dividida en tres categorías: En Suiza, donde las clases sociales estaban históricamente más cercanas entre sí que en otros países, no se producía ningún conflicto ni pérdida de nobleza si un noble decidía dedicarse a un trabajo manual o asumía un oficio.
Por eso, por ejemplo, el noble Jean Gambach pudo convertirse en fabricante de guadañas en 1442, y el noble Louis de Daguet se dedicó a ser carretero a finales del siglo XVIII.
Si bien la distinción de jure entre familias nobles y patricias comunes se mantuvo durante algún tiempo, con cuotas para ciertos puestos gubernamentales reservados para cada grupo, estas distinciones se convirtieron en de facto, y cada vez menos rígidas en la era moderna temprana.
En Berna, en 1643, una ley constitucional creó la clase privilegiada de familias con derecho a ser miembros del Gran Consejo.
Hacia el final del Antiguo Régimen, esta aristocracia comprendía cuatro categorías: Tal como se define en la constitución de 1404, los miembros de las dos primeras categorías tenían prohibido ejercer ciertos cargos superiores (banneret y secret, es decir, consejo secreto) a menos que renunciaran a sus privilegios nobiliarios.
En San Gall algunas familias poderosas formaron una especie de patriciado, cuyos miembros pertenecen al adelige Stube zum Notenstein.
Algunas familias que no eran miembros de "Notenstein" recibieron diplomas nobiliarios en el extranjero.
Algunas de las nuevas familias fueron ennoblecidas en el extranjero mientras que otras se incorporaron a la nobleza por "integración".
En el año 1400, la ciudad de Zúrich pasó a ser oficialmente autónoma dentro del Sacro Imperio Romano Germánico.
Las corporaciones ganaron pronto poder político, dando al mismo tiempo una posición dominante a la corporación noble de los "Constaffel" en la que se constituyó una "cámara noble" llamada "adelige Stube zum Rüden Stübli".
En los cantones de Schaffhausen y Zug, el poder político pertenecía a las corporaciones, por lo que no existía una verdadera prerrogativa hereditaria para los cargos gubernamentales.
El Tesino, antes de convertirse en cantón suizo en 1803, no formaba una unidad política y administrativa y, por lo tanto, no existe una "nobleza del Tesino" en sentido estricto, aunque algunas familias nobles son originarias de esta zona.
Desde la Reforma, la República de Ginebra no reconoció oficialmente a la nobleza como cuerpo organizado.
A partir del siglo siguiente las corporaciones y con ellas los ciudadanos de la ciudad tomaron el poder.
Las familias nobles de esta época prefirieron abandonar Basilea que en consecuencia tendría un sistema corporativo.
En 1816 se hizo una excepción para los "barones Wieland", con la condición de que no utilizaran su título en Basilea.
Sin embargo, hay algunas familias nobles cuya nobleza y títulos son anteriores a su recepción como ciudadanos de Basilea.
Sus miembros más destacados fueron las familias Bernoulli, Burckhardt, Faesch, Iselin, Koechlin, Liechtenhan, Merian, [3] Sarasin, Schlumberger, Vischer y Von der Mühll.
Sin embargo, a veces se toleran en los documentos administrativos y en la vida profesional de los nobles, es decir en las relaciones sociales.