Fue autor de dos de los goles más importantes en la historia del Superclásico del fútbol argentino, cuando le convirtió dos tantos al Club Atlético River Plate que le permitieron al equipo «xeneize» consagrarse y dar la vuelta olímpica en el Monumental.
[3] Con paso en inferiores por Vélez Sarsfield, y después a Racing (5° división), quedó libre por decisión del director técnico.
Un jugador notable, bien dotado y que solía realizar habilitaciones por sorpresa.
Reemplazó a Antonio Rattín (ídolo «xeneize») como volante central, aunque con otras características de juego.
Marcó la diferencia con sus apariciones en el ataque, como en los dos goles históricos que le marcó a River, el 14 de diciembre de 1969, cuando Boca dio la vuelta olímpica en el Monumental tras empatar 2:2.