Heredó de su padre siendo aún joven, cuando este murió a principios del siglo XV, el señorío de Puentedeume, Ferrol, Villalba, Andrade, y otras localidades.
Este monasterio ya había reclamado esta finca con su padre Pedro Fernández de Andrade.
En 1428 recibió en sus propiedades al infante Enrique de Aragón, a quien acogió obsequiosamente.
Luego acompañó al rey Juan II a tierras de Aragón, al año siguiente, con una numerosa hueste durante la guerra contra los aragoneses que apoyaban a los infantes de Aragón.
Habrá vivido en Montemor-o-Novo, como dicen las genealogías y atestigua el escudo de su trisnieto.