[3] En el Buenos Aires de 1981, durante la dictadura militar que acosaba a Argentina, Juan y su hijo Gaspar emprenden un abrupto viaje en coche hacia las Cataratas del Iguazú, tras la inesperada y poco clara muerte de la madre, Rosario, con el fin de escapar del crudo destino que eclipsa el futuro del pequeño.
En esta realidad tan hambrienta como desgarradora, se libra una contienda contrarreloj por acallar las evidentes habilidades paranormales que Gaspar ha heredado.
[4] El filólogo Gonzalo Pontón Gijón, uno de los integrantes del jurado del Premio Herralde, elogió a la novela diciendo que esta «desborda las convenciones del género para elevarse a la categoría de novela total, abierta a grandes asuntos».
Asimismo, el escritor Juan Pablo Villalobos situó a la novela en lo que denominó «la tradición de la Gran Novela Latinoamericana» perteneciente al grupo «de obras tan disímiles, pero igualmente ambiciosas y desmesuradas, como Rayuela, Paradiso, Cien años de soledad o 2666».
Mientras tanto, otros consideran que hace parte del llamado "nuevo gótico latinoamericano".