Nunca pasa nada es una película dramática hispano-francesa de 1963 dirigida por Juan Antonio Bardem.
Una empresa de variedades francesa viaja por España y regresa a Francia.
Su autobús se detiene cuando sufre una avería en un pequeño pueblo de Castilla, llamado Medina del Zarzal.
La estrella vedette Jacqueline (Corinne Marchand) está enferma y debe permanecer en el hospital donde es operada.
Nunca pasa nada representa un entorno y personajes similares a los que aparecen en el gran éxito de Bardem, Calle Mayor, hasta el punto de que algunos críticos la llamaron desdeñosamente Calle Menor.